domingo, 25 de octubre de 2020

1.- Fortalecer el APEGO (del bebé al adolescente)

 

FRÍO EMOCIONAL 

“…- ¿Frío emocional? ¿Frío a pesar de estar abrigados?- SÍ, es un frío distinto, es un frío que puedes sentir aunque lleves ropa de abrigo. Es un frio que nace del alma, que se extiende por el cuerpo y que no hay tejido que lo haga desaparecer. Sólo se quita si sientes que otro está para ti, que eres para alguien lo más importante del mundo y que los brazos, alas o patas de ese individuo son un lugar que siempre te espera. - Ya pero nosotros estamos ahí- Ya pero, ¿se lo hacéis sentir?, ¿se lo demostráis?,  ¿ellos pueden saberlo?...”  (Extracto del cuento -frío del alma-“Cuentos para el desarrollo emocional desde la teoría del apego. R. Guerrero y O. Barroso)

El Apego- podemos definirlo como un vínculo afectivo de fuerte intensidad, bidireccional (padre/madre e hijo/a) aunque asimétrico pues es el bebé el que depende y necesita a la figura adulta para sobrevivir, crecer y desarrollarse.  El apego es un vínculo que hemos de cuidar con mucho mimo pues de que sea “seguro” dependerá en gran medida que nuestros pequeños crezcan sanos, física y emocionalmente.

¿Y qué es el APEGO SEGURO? Podríamos resumirlo en aquel que encuentra el equilibrio entre la PROTECCIÓN  y la AUTONOMÍA. Los padres y madres que desarrollan un vínculo seguro hacia sus hij@s son sensibles a sus necesidades, empatizan y les aportan aquello que necesitan.  Pero además buscan aportarles la reflexión de la experiencia para aportarles al mismo tiempo seguridad y futura autonomía.

¿Qué hacer para buscar este equilibrio?

1.- Diles “te quiero” cada día. Porque está claro que les queremos pero dar por hecho que ellos lo saben no alimenta el apego, la seguridad… porque hay situaciones que les pueden llevar a la duda y, la duda a la inseguridad. Yo, desde pequeños, cada vez que les riño o me enfado por algo que hicieran mal, tomé el hábito de decirles “Estoy muy enfadada por… aunque te sigo queriendo hasta el infinito, eso nunca cambiará”.

2.- Pregúntales ¿cómo te sientes?. Y ante un triste, contenta, cansado, frustrada…. Pregunta ¿por qué? ¿Qué te hace sentir así? ¿Puedo ayudarte?... pero nunca digas “pero si eso es una tontería... O le hagas cosquillas para que se le pase a la tristeza”. Para practicar la empatía con ell@s, y ayudarles a gestionar lo que les pasa, hemos de escucharles y entenderles. Así les ayudaremos mucho mejor.

3.- Busca el equilibrio entre –Darle lo que necesita en cada momento (seguridad)  y-Que aprenda a hacer cosas por sí mism@ (autonomía). Los primeros pasos estarán cargados de Seguridad y, poco a poco, les iremos dando esa autonomía que necesitarán para crear su gran fuente de autoestima.


Ojo!!... Fortalecer el apego es fundamental en los primeros años de edad, cuando son más dependientes pero... no olvidemos que si el mensaje que queremos lanzarles es "estoy aquí para lo que me necesites", tenemos que seguir alimentándolo más allá de la infancia.

 

¿Alimentar el apego en la adolescencia?.. También, claro. Y, si nos dimos cuenta de no lo alimentamos suficiente de aquí para atrás, aún podemos hacer algo. ¿Cómo?

1.- Escúchale para intentar entenderle, no convencerle.

2.- Legitima sus sentimientos, porque vienen de lo que el pasa, cómo lo interpreta y cómo le lleva a hacer sentir. Intenta comprender ese viaje, su viaje, y no intentes aconsejar desde lo que tú harías (a día de hoy con tu edad, experiencia, forma de ser..) sino que invierte tus esfuerzos en entender cómo le afecta y que reflexione sobre las opciones que tiene y cómo le harían sentir cada una de ellas.

3.- No le juzgues, porque inmediatamente se produce un taponamiento de oídos que con el agua salina no sale. Escucha, ponte en su lugar, ayuda a la reflexión y su toma de decisión.

4.- Marca límites y normas. Pese a que nos llevan a discutir, son necesarias no sólo para su seguridad física, sino también para su seguridad emocional. Ahora bien, las normas también pueden ser negociadas, siempre que haya un diálogo sensato…. Promuévelo.

Le estás haciendo sentir importante para ti, escuchad@, entendid@, apoyad@... Fortaleciendo el apego en la adolescencia también es posible.






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