jueves, 1 de octubre de 2015

Gestión de conflictos familiares. 5 Claves para la gestión positiva

A diario tenemos que convivir con conflictos que nos surgen y enfrentarnos a ellos para darles solución. 

En la vida familiar es algo también cotidiano y la primera premisa para gestionarlos bien consideramos que es "ver el conflicto como algo positivo, que bien gestionado nos enseñará siempre algo y nos ayudará a crecer". 


Os proponemos algunas claves a tener en cuenta para la gestión positiva de nuestros conflictos familiares:

1.- Diálogo y ¿para qué?:  El conflicto es como un iceberg. Sólo vemos una pequeña parte que son nuestras posiciones "yo quiero ir a la playa y tú quieres ir a la montaña". Pero debajo de estas posiciones iniciales que generan conflicto porque inicialmente parecen opuestas, hay mucho más.... nuestros intereses, objetivos expectativas, deseos, prejuicios, emociones... Que sin un diálogo adecuado y sin las preguntas adecuadas no van a salir y si no salen no podremos llegar a posiciones más flexibles que nos permitan un acuerdo viable para las partes. 
¿Y cómo llegamos a descubrir esa zona oculta del iceberg?... preguntándonos los ¿PARA QUÉ?: ¿Para qué quiero ir a la playa o a la montaña?: "Yo quiero ir a la playa porque necesito tranquilidad y descanso" "Yo quiero ir a la montaña porque quiero hacer algo diferente"... ¿Podemos hacer algo diferente pero que nos sirva al mismo tiempo de descanso? Seguro que con las necesidades expuestas se nos ocurren diferentes alternativas que puedan satisfacer los dos deseos ¿verdad?.  

2.- Escucha activa: Sólo escuchándonos podemos saber lo que los demás quieren, necesitan, descubrir las emociones que hay debajo de sus peticiones. Y, habitualmente, no nos escuchamos bien y además somos conscientes de ello. No miramos a la cara porque estamos haciendo otras actividades, vamos con prisas, estamos pensando en lo que vamos a responder... y así nos perdemos una gran parte de la comunicación verbal y no verbal. Vamos a escucharnos cara a cara, con interés y practicando algunas pautas como "si te he entendido bien..." que nos evitarán malos entendidos que habitualmente nos llevan a conflictos, buscando un momento tranquilo del día para contarnos lo que nos pasa o para hablar de los temas o decisiones importantes que tenemos que tratar. 

3.- Empatia: Sólo escuchando bien podremos desarrollar esta habilidad, la de ponernos en el lugar del otro. Porque lo que no es importante para mi, igual es de vital importancia para el otro. Esta capacidad requiere de un esfuerzo y un interés real por la otra persona y, a veces, nos resulta especialmete difícil cuando se trata de alguien muy diferente a mi, por edad, por valores,... por ejemplo cuando se trata de nuestros hijos de corta edad o adolescentes. Sólo conseguiremos entenderles si intentamos ponernos en su lugar para poder entender la importancia que ellos le dan al hecho o problema que nos cuentan, y sólo expresando emociones y no solo hechos podremos conseguir que otros se pongan en nuestro lugar y nos puedan entender. Diálogo+emociones.

4.- Atentos"" Cada uno tenemos nuestra "mochila" particular, cargada de nuestras experiencias, percepciones, prejuicios, motivaciones... Seamos conscientes de que cada mochila es diferente y eso nos hace actuar de forma también diferente. Si sabemos ver ese interior de la mochila del que nos cuenta, podremos entender realmente lo importante que es para él. Si damos por hecho que mi percepción es la real sin tener en cuenta que una misma situación puede ser percibida de formas diferentes, no avanzaremos en el diálogo.

5,. Asertividad. Del modo en que decimos las cosas dependerá el resultado del diálogo y la negociación ante un conflicto. Si descargamos agresividad, obtendremos agresividad. Si actuamos con pasividad, no conseguiremos lo que deseamos. Si dialogamos con asertividad, exponiendo nuestros lo que nos gustaría desde nuestro punto de vista, desde como nosotros lo sentimos y deseamos y sin agredir al otro, podremos obtener la misma respuesta de él. Sólo así conseguiremos un diálogo efectivo que nos llevará a una negociación del conflicto que consiga llenar los intereses de ambas partes. Porque no es lo mismo decir "Todos los días llegas tarde a casa y me cargo yo con todas las tareas, y seguro que lo haces con intención para no ayudarme y estoy harto/a" A decir "Cuando llegas tarde a casa, no te da tiempo de echarme una mano con las tareas que tenemos y esto me hace estar realmente cansada/o. Me gustaría que hicieras un esfuerzo para llegar antes y así podamos repartir esta carga"
Decir las cosas desde nuestro sentir y sin agredir al otro, sólo así conseguiremos que se ponga en nuestro lugar, nos entienda y podamos llegar a un acuerdo y una gestión pacífica del conflicto.

...¿Lo ponemos en práctica?





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