jueves, 26 de marzo de 2020

Práctica n. 8: LEGITIMACIÓN


Y esto ¿qué es y para qué?. En Mediación (gestión pacífica de conflictos), se trabaja la legitimación (que tiene todo que ver con la empatía) para entender a la persona con la que se está en discordia para poder negociar después desde una posición mucho más eficiente que la inicial. Y legitimar, es ENTENDER al otro y para entender es imprescindible escuchar, pero escuchar bien, con las orejas dispuestas a recibir toda la información y la cabeza dispuesta a entenderla. Que luego podremos estar de acuerdo o no con: lo que hace, lo que opina, lo que representa… pero escuchamos, entendemos y RESPETAMOS.
Cosa que nos está haciendo falta practicar un poco más últimamente, por lo que observo en las redes. Niños con trastorno de espectro autista con permiso para pasear increpados desde el balcón, amigas farmacéuticas que volviendo de trabajar son insultadas desde las ventanas….
Está claro que a tod@s nos está costando mucho esfuerzo y sacrificio estar en nuestras casas, sin poder salir, abrazar a nuestras familias, trabajar, hacer deporte, tomar café, unas cañitas (paro, paro que me deprimo)… y está claro que nos molesta, incluso nos enoja, ver que hay personas que “parecen” seguir sin respetar las normas.. PERO… antes de juzgar, antes de opinar, antes de… vamos a pararnos a pensar ¿sabemos por qué esa persona está fuera paseando? (Eje. niño con TEA), ¿Sabemos por qué esa chica, sin bolsas de la compra, va por la calle tranquilamente hacia su coche? (ejem: farmacéutica que viene de cubrir su complicada jornada laboral) ¿Tenemos toda la información de esa persona, de lo que pasa para poder criticarla, ponernos en contra, incluso increpar públicamente? (de las formas hablamos en la siguiente práctica: asertividad)
Es normal, estamos cansad@s, tenemos miedos, incertidumbre, ansiedad, rabia (recordamos el iceberg?)…. Toda una serie de emociones que nos vienen, a veces, demasiado juntas para poder gestionarlas de manera positiva y adecuada. Y eso nos lleva a actuar de forma impulsiva, sin toda la información y juzgando y criticando con premura y de manera inadecuada.
Esta mañana estaba yo, agenda y café en mano (intentando crear cierta actividad útil en mi día a día) en mi terraza al aire libre, cuando ha pasado un coche y les he escuchado decir mirando hacia mi “hay que hacer confinamiento” (cosa que estaba haciendo porque estaba en mi casa) y me he sentido juzgada. Me declaro “suertuda” cada mañana que me levanto por tener espacio al aire libre donde respirar en mi confinamiento pero, tener esa suerte no me exime también de sufrir las consecuencias: sociales, psicológicas y económicas (como autónoma obligada a parar en esta crisis)… pero esta información no la tiene quien me juzga y, es por ello, que no me enfado ni se lo tengo en cuenta… por mí, por ellos, por tod@s.
Por ello os pido… intentemos no juzgar porque nunca o casi nunca tendremos toda la información de la persona con la que parecemos no estar de acuerdo. Y, lejos de ayudarnos y acercarnos, que es lo que más necesitamos ahora…. Nos alejamos.


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